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Vuelve el cepo: ¿rescate con control o nuevo desgaste?
El Gobierno nacional reinstaló hoy un nuevo cepo cambiario con vigencia por 90 días, mediante la Comunicación “A” 8336 del Banco Central. La medida introduce una “restricción cruzada”: quienes accedan al dólar oficial quedarán imposibilitados de operar en los mercados financieros (MEP o contado con liquidación) durante ese lapso, y viceversa.
Según los analistas, el objetivo principal es frenar el “rulo financiero” —esa operatoria que aprovecha la brecha entre el dólar oficial y los financieros para obtener ganancias rápidas— y proteger las reservas del BCRA en un contexto de demanda cambiaria elevada.
“El Gobierno percibió que parte de los dólares que se liquidaron en los últimos días se iban a ir al mercado financiero”, explicó el economista Christian Buteler al analizar la motivación de la medida.
Qué implica la restricción cruzada
- Las personas —físicas y jurídicas— que compren divisas vía el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) deben firmar una declaración jurada comprometiéndose a no operar en el MEP o CCL por tres meses.
- La medida aplica también en sentido inverso: si se operan divisas financieras, no se podrá comprar dólar oficial durante ese periodo.
- No se prohíbe la compra de dólares por ahorro según la capacidad patrimonial del comprador, pero sí se limita su “reconvertibilidad” entre los distintos mercados cambiarios.
Riesgos, críticas y desafíos
Para algunos economistas, la medida representa un “manojo de parches” ante un escenario de tensión cambiaria y falta de dólares. Buteler advirtió que la norma “daña la credibilidad” y podría generar una señal negativa para los mercados.
En paralelo, se espera que la brecha cambiaria —es decir, la diferencia entre el dólar oficial y los tipos financieros— vuelva a ampliarse, dado que la limitación incentiva que algunos compradores opten por los mecanismos alternativos con mayores precios.
Otro foco de tensión es la necesidad oficial de acumular reservas. Con alrededor de US$ 41.238 millones en caja, el Gobierno busca reforzar su posición para afrontar vencimientos de deuda y cumplir compromisos con el Fondo Monetario Internacional.
Qué esperar
Durante los próximos meses, el éxito o fracaso de la medida dependerá en gran parte de la estabilidad cambiaria, del comportamiento de los actores económicos (exportadores, ahorristas, empresas) y de la capacidad del Gobierno para sostener reservas sin generar turbulencias de confianza.
Si la medida no logra contener las presiones cambiarias ni restituir previsibilidad, podría volverse un nuevo foco de críticas al modelo económico actual. Pero si logra aquietar el mercado y evitar arbitrajes agresivos, representaría un respiro táctico en un escenario volátil.