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DATA NACIONAL

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Una interesante nota firmada por Nelson Castro en el diario Perfil, donde pone de manifiesto el fin de la luna de miel con el macrismo. El oficialismo no termina de dar respuestas a los cargados interrogantes de 2017. Votos y economía. Lo que viene.

Con el nuevo año, la luna de miel –ese período de gracia que se les otorga a todos los gobiernos en sus inicios– tocó abrúptamente su fin. Ya superado diciembre, 2017 ha llegado cargado de interrogantes para un oficialismo que debe dar respuestas. Lo de diciembre no ha sido un detalle. En verdad fue una prueba de fuego que obligó al Gobierno a recurrir a la billetera para neutralizar los potenciales focos de conflictos que amenazaron alterar la paz social. Recuperado del error que cometió con el proyecto de modificación del mínimo no imponible sobre los salarios que pretendió imponer, la concentración de expectativas más el año electoral obligaron al oficialismo a modificar formas y dar algunos volantazos. Sobre estas cosas reflexionó el Presidente durante sus días de vacaciones en Villa La Angostura. Si bien la mayoría de los economistas en sus cálculos vaticinan un año mejor, todos coinciden en que ese crecimiento no superará el 3% o el 4%, y eso no producirá efectos significativos que sean perceptibles para la gente.

Desde la oposición vuelven a objetar el rumbo y lanzan una mirada crítica sobre los brotes verdes sectoriales: “No es casualidad que el auto más vendido del año haya sido la Toyota Hilux, un vehículo caro elegido por la gente del campo. Si hubiera algo de dinero circulante y bienestar en el resto de la población, la lógica indica que los modelos más económicos al alcance de la clase media deberían haber estado por encima de una camioneta que supera largamente los $ 500 mil. Así fue siempre, 2016 fue la excepción”, reflexiona un legislador opositor de buen vínculo con el Gobierno.

La necesidad tiene cara de hereje, reza el refrán. La urgencia en la visibilidad de obras, inversiones y reactivación ha echado por tierra las críticas a una vieja forma de hacer política. “Voy a gobernar menos para cortar cinta y más para cambiar los problemas de fondo”, había dicho en octubre María Eugenia Vidal. Otros funcionarios destacaron el cambio, cuando todavía el reloj no apremiaba.

Ahora es otra historia. El Gobierno trabaja en un shock de obras públicas para el primer trimestre (infraestructura, vivienda, cloacas). Es hora de hacer visible, o mejor dicho, de comenzar con lo postergado por las urgencias de la herencia. Paradójicamente, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, le dijo al diario La Nación que “habrá una inauguración por día” para un crecimiento del 50% en las obras de los rubros antes mencionados. Bienvenido sea, aunque algunos se lamentan de la necesidad de hacer política al estilo de la vieja escuela.

Las urgencias del año electoral no dan tregua. Hay, sí, un desafío: que esa obra pública sea hecha sin sobreprecios y con parámetros de calidad óptimos. La obra pública es un motor clave en la reactivación de la economía, y el año pasado estuvo prácticamente paralizada. La revisión de muchos de sus contratos y el abultado déficit fiscal fueron las causas de ese aletargamiento.

Entre tanto, tres son los frentes que, en el corto y el mediano plazo, le esperan al flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne: reducir el déficit fiscal (aun aumentando el gasto público en infraestructura), el enfrentamiento con la CGT y los gremios a causa de su proyecto de reducción del costo laboral con el objetivo de combatir el trabajo en negro (meta loable, ya que la informalidad alcanza al 35% de la población económicamente activa), y la pelea con las provincias por la decisión de otorgarle a Buenos Aires un fondo compensatorio de $ 25 mil millones. Como era de esperar, la mayoría de los gobernadores están que trinan. Un operador político del norte se encargó de marcar al menos dos errores políticos: “Por un lado, la clara intención electoralista, muy difícil de disimular; por el otro, el mal timing elegido –algo que curiosamente no deja de repetirse– ya que en breve comienza la discusión política con todos los mandatarios provinciales por la reforma fiscal. Le van a pasar factura”, aseguró.

En la CGT no quieren oír hablar de recortes en sus derechos adquiridos: “Siempre primero les recortan a los trabajadores. En lugar de meterse con el costo laboral, por qué no se concentran en reactivar la economía y cumplir con la promesa de despidos cero. ¿Sabe por qué? Porque el que no genera crecimiento termina raspando la olla para encontrar beneficios donde no hay”, se quejó un allegado al triunvirato.

Son todos frentes de batalla complejos para un gobierno que claramente tiene un poder acotado.

A toda esta conjunción de temas económicos hay que agregar uno en el que el Gobierno tampoco ha reaccionado bien: la inseguridad. Los hechos ocurridos en estas últimas tres semanas, con alto protagonismo de motochorros y de menores, han devuelto al primer plano de la atención de la dirigencia política un asunto espinoso, difícil y sobre el que todos parecen naufragar. El proyecto de modificación del Código Penal para reducir la edad de imputabilidad a 14 años no es más que la reedición de cosas ya vistas. Desde el caso Blumberg hasta aquí, todo va por el mismo camino: creer que todo se resuelve con el Código Penal. Y no es que no haya necesidad de analizar qué hacer con los menores que delinquen de manera brutal y letal. El problema es que cuando se llega a ese punto es siempre tarde.

La dirigencia política argentina aún le debe a la sociedad una política de Estado para enfrentar este flagelo que tiene a la exclusión social como su causa principal. Algo anda mal cuando se ve a un menor cuya vida transcurre en el submundo del delito. Algo anda mal para que, en vez de estar en la escuela y contenido por su familia, ese adolescente fatigue una marginalidad en la que la droga y el delito son la norma. Algo anda mal para que un chico de 14, 15 o 16 años sienta que en su vida el robo y la muerte sean cosas de todos los días. En ese universo no existen valores y los códigos son los de la mafia.

El que tiene un arma se siente todopoderoso. Algo –mucho– es lo que hay que hacer con ellos. Recuperárlos es una tarea que ni la mayoría de las cárceles argentinas ni los institutos de menores están en condiciones de lograr. “Aquello no era una cárcel, era una universidad del delito. Entré con un bachillerato en marihuana y salí con un doctorado en cocaína” (Johnny Depp).

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Facundo López afirmó que “la educación es un derecho esencial”

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“Para nosotros, la educación es un servicio esencial. Pero para garantizarlo se necesita financiamiento. Acá no hay fórmulas mágicas”, sostuvo el presidente del bloque de legisladores de JSRN, Facundo López.

“La universidad pública es parte de la historia de esta región y de todos los argentinos y argentinas. Su funcionamiento depende de contar con un financiamiento acorde a las necesidades y a la actualidad, que esté por encima de la inflación”, señaló López.

Asimismo, el jefe de la bancada oficialista remarcó la importancia de las Universidades de Río Negro y del Comahue en la provincia, instituciones “que son parte esencial en el desarrollo y el crecimiento social, económico y cultural”.

“No podemos permitir que una decisión del Gobierno Nacional atente contra el normal funcionamiento de nuestro sistema universitario público y gratuito. Se necesita más diálogo y un presupuesto que cumpla con las necesidades del sistema, que pueda ser debatido en el Congreso”, agregó.

Por otro lado, López recordó que “a principio de año ya manifestamos que no estamos en contra del control de la administración de las universidades, pero creemos que el ajuste no es la opción. Acá ni siquiera hablamos de un aumento del presupuesto, sino de una protección contra la inflación”.

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Gatti, sobre licencias: “Este mes el Estado ahorró más de $1.700 millones”

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En el marco de la implementación del nuevo sistema de auditorías para la gestión de licencias, destinada a garantizar la eficiencia del servicio público, el Gobierno de Río Negro anunció una baja significativa en el número de pedidos en el mes de septiembre, generando un importante ahorro en la economía provincial.

Al respecto, el ministro de Gobierno, Trabajo y Turismo, Fabián Gatti, manifestó que “esta es una decisión del Gobernador que generó rispideces, pero lo cierto es que el control del ausentismo se hace en todo el mundo, en los sectores público y privado. En septiembre el personal de la administración pública solicitó más de 48.000 días de licencia y más del 53% de las mismas no pudieron ser debidamente justificadas, lo que quiere decir que existía una costumbre negativa para el servicio público y las arcas del estado”.

Por otra parte, el funcionario provincial destacó que “a través del control pertinente, este mes tuvimos un ahorro de más de 1.700 millones de pesos, lo que nos invita a seguir profundizando en este tipo de medidas como las que estamos llevando adelante y que ahora se focalizan en las licencias de algunos gremios como UNTER, por lo que he planteado la necesidad de discutir sobre este tema porque estamos hablando de plata que sale del contribuyente y no del gremio respectivo”.

Asimismo, Gatti agregó: “Este gremio tiene licencias que conforme a las legislaciones vigentes están siendo sostenidas por todos los rionegrinos, que a su vez tienen que tolerar paros en los que no se tiene en cuenta la Convención de los Derechos del Niño, partiendo de la base de que la educación es un derecho esencial no sólo para los niños y niñas sino también de toda la sociedad en general. Las medidas de fuerza deberían realizarse de otra manera”.

Cabe destacar que este control del ausentismo, además de garantizar la eficiencia y continuidad del servicio público, también promueve la transparencia de la gestión, permitiendo la auditoría interna y externa de las jornadas laborales de las y los empleados a la vez que deja a un lado los abusos al sistema que eran moneda corriente hasta antes de la implementación de las nuevas medidas.

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La Provincia licitó la repavimentación de la Ruta Provincial N° 51

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El Gobierno de Río Negro, a través de Vialidad Rionegrina, realizó la apertura de ofertas de la Licitación Pública N° 05/2024 para la ejecución de la obra que consiste en la restitución de gálibo y repavimentación de la Ruta Provincial N° 51.

Esta obra “forma parte de un plan integral de desarrollo de la ciudad de Viedma que arranca en la Universidad de Río Negro, en la intersección de la Ruta Provincial N° 1 con la Ruta Provincial N° 51, acompañando el crecimiento de la capital rionegrina hacia ese sector. El objetivo es finalizar la obra antes de fin de año para iniciar el año próximo dando continuidad a esta obra integral que significa un gran beneficio para los viedmenses”, afirmó el presidente de Vialidad, Raúl Grün.

La apertura contó con la presentación de la oferta de la empresa Ingeniería y Arquitectura con una propuesta de $199.487.527,16.

La obra se realizará en la Ruta Provincial N° 51 en el tramo comprendido entre las Progresivas 0+700 km y Prog. 1+450 km. de la ciudad de Viedma.

Esta obra tiene como fin mejorar las condiciones actuales del sector en cuestión, restituyendo el gálibo de la traza para un mejor escurrimiento del agua producto de las precipitaciones, mejorar la macro y micro textura de la capa superficial y de esta manera poder prolongar la vida útil de la misma. La aplicación de este tipo de trabajo permite mejorar sustancialmente la transitabilidad de la calzada en lo que hace al confort y seguridad del usuario.

Junto al presidente de Vialidad Rionegrina, Raúl Grün, estuvieron presentes el vicegobernador Pedro Pesatti; el ministro de Obras y Servicios Públicos, Alejandro Echarren; el intendente de Viedma, Marcos Castro; los legisladores Facundo López, Maricel Cevoli y Marcelo Szczygol, entre otros funcionarios provinciales.

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