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¿Qué hará Donald Trump con Edward Snowden, el ex analista de inteligencia estadounidense exiliado en Rusia por decisión de Vladimir Putin? Trump declara simpatizar con Putin, a quien Barack Obama y Hillary Clinton culpan por la derrota electoral del Partido Demócrata y aseguran que ha vulnerado la seguridad nacional estadounidense para beneficiar a Trump. Las agencias de inteligencia de la Administración Obama han exigido ciberataques a Rusia, y la Casa Blanca aprobó numerosas sanciones. Sin embargo, Trump sólo habla de China, Irán y Estado Islámico como adversarios en un conflicto que mezcla la ciberguerra, el ataque convencional y la sanción comercial. Trump insiste en desconocer a Rusia como adversario, pese al reclamo aún de algunos de sus consejeros. En cuanto a Snowden, él sigue reclamando, vía Amnesty International, que USA levante los cargos contra él, o que le deje refugiarse en Suiza. ¿Qué hará Trump con Snowden? ¿Pudo Snowden brindarle a los rusos el conocimiento suficiente para incrementar su capacidad de ciberataques a USA? Es una pregunta hoy sin respuesta

“El presidente electo Donald John Trump está atrapado entre sus promesas de ser más agresivo en el ciber-espacio, y las demandas estadounidenses de contraatacar porque un hacker ruso aparentemente hizo su ‘agosto'”, fue la conclusión de Elías Groll, en la publicación estadounidense Foreign Policy.

Cuando era candidato, el Presidente electo Trump declaró que era necesario para USA poseer “una capacidad incuestionable de lanzar ciber-contraataques mutilantes. Y me refiero a mutilantes-mutilantes”. Una vez elegido, empezó a rodearse de consejeros de seguridad a quienes convocó para incrementar la guerra cibernética.

No obstante, las promesas de Trump de usar armas digitales para contraatacar a los enemigos de USA parecen tener sus límites. Él se ha resistido a reconocer -hasta el punto de rechazar- la responsabilidad rusa en lo que la comunidad de inteligencia estatal estadounidense llama “una campaña sin precedentes de Moscú” para influenciar sobre los comicios que ganó Trump.

Con Rusia en el rol de sospechoso de la mayor ciber-amenaza que haya conocido USA, Trump debe decidir si ejecutará las ciber-tácticas que reclamó o si continuará intentando construir una relación más cálida con Moscú o si buscará desarrollar una mezcla de ambas alternativas.

Considerando el círculo de consejeros que lo rodea, y su retórica contra Irán y China, Trump podría ejecutar ejecutar ciber-ataques contra otras “amenazas extranjeras”, con profundas consecuencias sobre los conflictos futuros.

Peter Coy escribió en Bloomberg: “La unica predicción segura sobre los primeros 100 días de Donald Tump como Presidente es que ocurrirán peleas. Entre Demócratas y Republicanos, por supuesto, pero tambien entre conservadores ultras y republicanos moderados; inclusive entre iconoclastas recién nombrados para supervisar las agencias federales vs. los funcionarios de carrera que trabajan debajo de ellos; y entre los miembros del gabinete que no están de acuerdo sobre cuestiones que van desde los déficits presupuestarios a qué hacer con Irán.”

Marc Sandalow, director académico asociado del programa de la Universidad de California en Washington DC, dice: “Si parte de la agenda de Trump era golpear a Washington y hacer parar los pelos de los establecimientos políticos, eso ya lo ha logrado”.

Otra vez Coy, en una reflexión muy interesante para lo que resta de esta nota: “Para Trump, lo difícil vendrá cuando tenga que dejar de aterrorizar al ‘círculo rojo’ de Washington DC y deba empezar a trabajar con él. Trump no será capaz de navegar entre Demócratas de un lado y Republicanos del otro sin el apoyo del líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell; y el vocero de la Casa de Representantes, Paul Ryan. Él necesita el voto legislativo para confirmar a su propio gabinete, derogar y/o remplazar el Obamacare, anular la ley de regulación financiera Dodd-Frank, llenar los asientos disponibles en la Corte Suprema de Justicia, retrotraer las regulaciones de los días de Obama y cortar con los acuerdos comerciales”.

Por lo tanto, Trump es uno hasta el 20/01/2017, y otro Trump después, probablemente.

Entonces, hoy día hay interrogantes válidos. Hecha la aclaración es posible avanzar.

 
El ataque

El equipo de transición de Trump hizo de la ciber-estrategia una de sus prioridades militares, según un memo confidencial obtenido por Foreing Policy.

Pero, de todos modos, Trump se rehúsa a reconocer la voluminosa evidencia que documenta la campaña del Kremlin contra el proselitismo de Hillary Clinton, la rival de Trump.

“Podría ser Rusia. Y podría ser China. Y podría ser alguna persona en su hogar en New Jersey”, le dijo Trump a la revista Time durante diciembre. “Yo creo que pudo haber sido Rusia y podría haber sido cualquiera de muchas otras personas”, reiteró.

En un tweet del 12/12, Trump incrementó su defensa de que él ganó la elección sin ayuda de hackers. “A menos que atrapes a un hacker en el acto, es muy difícil determinar a quién él estaba hackeando”, escribió.

No obstante, y es necesario reiterarlo, la comunidad de inteligencia del gobierno estadounidense no tiene dudas sobre quien fue responsable. Funcionarios estadounidenses afirmaron que el presidente Vladimir Putin probablemente se encuentra involucrado personalmente en la dirección de la operación encubierta para influenciar la elección, un esfuerzo que favoreció a Trump en forma sorpresiva.

Por este motivo, la Administración Obama saliente ha sancionado -aunque tardíamente- a 5 entidades y 4 individuos por ciberespionaje, ha revelado sus identidades y ordenado también la salida del país -en el plazo de 72 horas- de 35 funcionarios de la Embajada de Washington y del Consulado de Los Angeles. Asimimo, ha decidido el cierre inmediato de 2 centros propiedad del Gobierno ruso en Nueva York y Maryland.

Los correos electrónicos robados al equipo de Clinton, y difundidos por WikiLeaks, revelaron que la dirección del Partido Demócrata favorecía a Clinton frente a su rival, Bernie Sanders, lo que introdujo profundos desacuerdos entre los demócratas. Otros mensajes, de menor repercusión, apuntaron a erosionar a Hillary, vinculándola con Wall Street, una de sus flaquezas para conquistar al voto más progresista estadounidense.

Desde comienzos de octubre, la Dirección Nacional de Inteligencia -17 agencias de espionaje- y el Departamento de Seguridad Interior de la Administración Obama empezó a señalar a Rusia como responsable del pirateo. Todavía faltaba 1 mes para las elecciones y Obama rehusó hablar de medidas de respuesta, pero en diciembre 2016 se conoció que la CIA acusaba a Rusia no sólo de los ciberataques, sino de haberlos ejecutado para beneficiar a Trump, lo que provocó el enojo de éste con la CIA, que tendrá que comandar en breve.

Cuando se filtraron los primeros correos electrónicos robados a la campaña de Clinton, el entonces candidato republicano dejó estupefacta a buena parte de los estadounidenses al animar jocosamente a Rusia a espiar a quien era la candidata republicana.

 
El equipo

Al menos 1 de los principales consejeros de Trump, impaciente con 8 años de relativa ciber-paz, coincide en que Rusia es culpable, explicó Elías Groll, en Foreign Policy.

K. T. McFarland, asesor de Seguridad Nacional adjunto de la próxima Administración Trump, es partidario de aumentar los ataques contra Rusia.

“Ellos pueden empujar, empujar, empujar, y no hay vuelta atrás”, le dijo McFarland al canal de noticias Fox News, tan cercano a los republicanos.

McFarland dijo que la comunidad estadounidense de inteligencia gubernamental debería tomarse revancha en las próximas elecciones en Rusia.

Otro consejero, Michael Flynn, empuja por políticas de ciber-seguridad más agresivas desde 2012.

El islamófobo Flynn, quien estuvo 33 años en el Ejército y con Barack Obama fue jefe de la unidad de inteligencia del Pentágono, antes de que lo despidieran, en 2014, se frustró por lo que consideró falta de agresividad de la Administración Obama. Un ex oficial de inteligencia que trabajó con él, dijo que el general de 3 estrellas simpatizaba con un ojo por ojo en el ciberespacio.

Flynn reclamó públicamente la construcción de ciber-armas: en el Foro de Seguridad de Aspen le preguntaron si USA “deberían aumentar sus capacidades ofensivas en lo ciber”, y respondió: “Si”.

Pero su ex colaborador lo criticó: “La impetuosidad con la que piensa no toma en cuenta las consecuencias colaterales”.

El futuro secretario de Defensa, el general retirado James Mattis, ha supervisado los juegos de guerra en el Centro de Comando de USA que incorporaron el uso de ciber-armas en el conflicto con Irán, según un ex oficial que trabajó con Mattis.
La Administración Obama fue pionera en el uso de armas digitales. Al atacar a las instalaciones iraníes de enriquecimiento de uranio, a principios de 2009 con el virus Stuxnet, la Casa Blanca logró llevar a Teherán a la mesa de negociación nuclear.

También en días de Mattis, Irán llevo a cabo ciber-ataques a compañías petroleras como Saudi Aramco y bancos estadounidenses.

Obligado a retirarse por lo que la Administración Obama consideraba un punto de vista demasiado duro contra Irán, Mattis llamaba a Teheran “la amenaza más duradera” para la estabilidad del Medio Oriente.

En los años posteriores al desempeño de Mattis, Irán ha incrementado su habilidad para lanzar ciber-ataques, yendo más allá de actividades disruptivas de baja escala.

En un discurso en 2016, Mattis comparó al ejercito de hackers de Irán con “niños haciendo malabares con focos de luz llenos de nitroglicerina” que algún día atacarán un objetivo de perfil alto y requerirá una respuesta internacional, posiblemente con fuerza militar. Él propuso establecer un centro de monitoreo que se concentre en Teheran para atrapar a los hackers con las manos en la masa.

Más recientemente, Washington DC ha intensificado los ataques cibernéticos en las redes del Estado Islámico en Iraq y Siria.

Pero la Administración de Obama no siempre ha respondido con acción recíproca en Internet. A principios de 2015, golpeó a Corea del Norte con sanciones económicas después de que los hackers de Pionyang hackearan a Sony Pictures.

El nominado para director de la CIA, el republicano Mike Pompeo (Representante de Kansas), ha sugerido tratar al hackeo de los chinos como un ataque convencional que podría requerir una respuesta militar.

Y Michael Rogers, otro personaje que ronda el ‘mundo Trump’, habría insistido en en su momento en la necesidad de una respuesta dura a los hackeos rusos pero no fue aceptado por Obama.

Trump ha coqueteado con el nombramiento de Rogers, el actual director de la NSA (National Security Agency), como director de inteligencia; lo invitó a la torre Trump; y Obama recibió un consejo de sus colaboradores para que despidiera a Rogers. Él también ha estado bajo fuego como director del Ciber Comando de USA, responsable de la ofensiva contra las ciber-amenazas, por no ser lo suficientemente agresivo contra Estado Islámico.

Aunque su visión exacta sobre el uso de ciber-herramientas es difícil de precisar, Rogers le ha dicho al Congreso que es posible ejercer un ciber-poder más agresivo para disuadir a estados como Rusia, China o Irán de hackear computadoras estadounidenses.

“Una estrategia puramente reactiva, defensiva, no es, creo, lo que va a cambiar la dinámica donde estamos ahora”, dijo a un Subcomité en la Cámara de Representantes en 2015. “Y la dinámica con la que nos encontramos ahora, no creo que sea aceptable para cualquier persona.”

En respuesta a la campaña de Moscú contra la elección, Rogers reportó haber escrito una lista con posibles contraataques, incluyendo exponer los acuerdos financieros de Putin y los esfuerzos para minar las restricciones de Internet a los disidentes rusos. La Casa Blanca rechazó aquellas sugerencias, al parecer porque estaba temerosa de iniciar un conflicto que no sabía cómo terminar.

En una entrevista que concedió a NPR (National Public Radio), el presidente Barak Obama juró que USA respondería pero aún estaba con dudas acerca de cómo lo ejecutaría: “Lo haremos, en el momento y tiempo que nosotros escojamos. Algunas medidas podrán ser explícitas y públicas; otros no”.

 
Falta de respuesta

Obama ha sido muy criticado por no devolver a Moscú la intromisión en la política doméstica. A pesar de muchas evidencias acerca de la interferencia rusa en la elección, la Casa Blanca permaneció silenciosa hasta el 07/10/2015, cuando oficiales de inteligencia estadounidenses culparon a Rusia por meterse en el Comité Demócrata Nacional, algo que no sucedía desde el Watergate (cuando lo hizo el equipo de Richard Nixon y le costó la Presidencia al líder republicano). En esta ocasión, la fuga fue descubierta 1 año más tarde.

La derrotada candidata presidencial demócrata Hillary Clinton culpó a Putin por “un ataque contra nuestro país” que, en parte, le costó la elección, según un reporte del The New York Times.

“Tenemos que tomar represalias contra Rusia para disuadir no sólo a Rusia de volver a intentar algo así, sino también a otros países que sin duda están viendo todo esto”, dijo el ex director de la CIA, Michael Morell, quien fue consejero de Clinton. “Para que una respuesta de USA se convierta en una disuasión, tendrá que ser pública y dolorosa para Putin”.

Dimitri Alperovitch, el oficial en jefe de CrowdStrike, que investigaba los ataques al Comité Demócrata, cuestionó la falta de respuesta porque era “indignante e inexcusable”.

“Honestamente, desearía tener ese poder”, dijo en julio Trump, con ironía, cuestionando que lo hubieran beneficiado los rusos. “Me encantaría tener ese poder”.

Desde el 20/01/2017, Trump controlará el ejército de hackers más grande del mundo. Inclusive tendrá su propio comando militar unificado. ¿Qué hará al respecto?

 
8 años

En el ciber-espacio, muchas reglas típicas del conflicto militar no se aplican. Un arma generalmente sólo puede ser usada una vez; y, una vez identificada por el enemigo, puede volver como un búmeran de formas peligrosas e impredecibles. Identificar al enemigo con incertidumbre es terriblemente difícil. Luego de décadas en la revolución de las computadoras, los funcionarios no pueden definir exactamente cuándo un ciber ataque es un acto de guerra.

“Suena bien usar ciber-armas. Pero ¿qué significa realmente?”, preguntó Amy Zegart, la co-directora del Centro de Seguridad Internacional y Cooperación en la Universidad de Stanford. Los ciber-ataques residen en una legal ‘tierra de nadie’.

“Hay una buena razón por la cual la Administración Obama ha sido renuente en aventurarse en este camino con flamantes ciber-armas”, fundamenta Zegart.

Stuxnet, contra Irán, fue una excepción notable y agresiva en las políticas de ciber-guerra de Obama.

El nominado para director de la CIA, el republicano Mike Pompeo, no ha esbozado planes detallados para aprovechar a los hackers de USA. Pero después de que, en 2015, China hackeó a la Oficina de Administración de Personal del gobierno estadounidense y se robó datos sensibles, Pompeo criticó a la Administración Obama por su “rechazo a tratar los ataques cibernéticos tal como si se tratase de una violación a nuestra soberanía nacional vía un ataque convencional”.

Los expertos advirtieron de los peligros de ser ‘gatillo fácil’ en la ciberguerra, dada la propia falta de experiencia de Trump en los matices y las réplicas posibles en el campo de batalla electrónico.

A pesar de la experiencia que puedan tener los consejeros de Trump, los líderes republicanos no han estado en las líneas de combate durante los años de inicio de las ciber-guerras.

“Los Republicanos han estado fuera el poder por 8 años, lo cual el período exacto de maduración de las operaciones cibernéticas”, dijo Michael Sulmeyer, quien aconsejó a Clinton y es director del Proyecto de Ciber Seguridad en el Centro Belfer para la Ciencia y los Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard: Esto es mucho más difícil de lo que parece y mucho menos gratificante de lo que es”.

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Pesatti reivindicó al Senado como límite ante el avance presidencial

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El vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, valoró la aprobación en el Senado de las leyes que reactivan la moratoria previsional y declaran la emergencia en discapacidad, al tiempo que reivindicó el papel de la Cámara Alta como un contrapeso institucional ante las políticas del gobierno nacional.

“El Senado en una República es el ámbito más importante para marcar límites y garantizar equilibrios si el paroxismo amenaza el desenvolvimiento del país”, expresó Pesatti a través de sus redes sociales.

En ese marco, el Vicegobernador felicitó a los senadores que votaron a favor de las iniciativas y señaló que “están honrando sus bancas sin apartarse un milímetro de la Constitución y de los principios democráticos”.

Con una crítica implícita al presidente Javier Milei, quien anticipó su rechazo a la moratoria previsional y mantiene un discurso hostil hacia el Congreso, Pesatti remarcó que “defender a los jubilados, a las personas con discapacidad y al federalismo no es un privilegio de ningún sector político: es una obligación constitucional”.

El dirigente rionegrino advirtió además sobre “el riesgo de concentrar decisiones trascendentales en una lógica personalista y autoritaria que desprecia el diálogo y el equilibrio entre poderes”, y concluyó que “el Senado está cumpliendo el rol que la República le exige: marcar límites y defender derechos”.

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Gatti sobre las rutas: “No vamos a permitir más abandono”

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El Ministro de Gobierno, Trabajo y Turismo de Río Negro, Fabián Gatti, expresó su fuerte preocupación por la reciente decisión de disolver la Dirección Nacional de Vialidad.

En declaraciones radiales, calificó esta política como un “acto de abandono” y una señal clara de “falta de mirada federal”.

“Cerrar Vialidad Nacional es un acto de desidia y de abandono”, expresó Gatti, en el marco de un contexto donde Río Negro ya había presentado una acción de amparo colectivo por el estado de abandono de la Ruta Nacional 151.

Respecto al enfoque actual del Gobierno Nacional en torno a la obra pública, el Ministro reconoció que existe una postura crítica ligada a antecedentes judiciales, pero remarcó que “aunque se planteó que la obra puede ser llevada adelante con inversión privada, hoy no se ejecuta ni con fondos públicos ni privados”. En este sentido, advirtió que “abandonar obras implica pagar el doble después. El mantenimiento de un kilómetro de ruta ronda los 300.000 a 400.000 dólares, mientras que su reconstrucción cuesta alrededor de 700.000”.

“Lo que pedimos es que se haga una cosa o la otra: inversión estatal o privada. Lo que no se puede aceptar es que no se haga ninguna. Y si la Nación no va a hacerse cargo, que transfiera la jurisdicción a la Provincia junto con los fondos correspondientes del impuesto a los combustibles”.

El funcionario también recordó que todos los gobernadores del país reclamaron la transferencia de esos recursos, destinados por ley a infraestructura vial. “En Río Negro sabemos lo que significa tener equilibrio fiscal, como promueve el gobierno nacional, pero no puede ser a costa de las provincias. Están reteniendo fondos que aportamos todos”, sostuvo.

En relación a la importancia de Vaca Muerta, Gatti subrayó la necesidad de contar con rutas clave en condiciones: “Con un 55% de pobreza, poner en valor este polo productivo requiere infraestructura vial como la Ruta 151 y la Ruta 22, que hoy no están a la altura de su potencial”.

Sobre los cambios en organismos técnicos como el INTA y el INTI, destacó que su debilitamiento impactará directamente en actividades productivas fundamentales para la provincia: fruticultura en el Alto Valle, ganadería en la región Sur, fruta fina en la Comarca Andina y turismo en toda la región cordillerana y atlántica: “Si el gobierno busca optimizar estructuras, está bien. Pero no puede hacerlo desconociendo la realidad productiva de cada territorio”, expresó.

Para finalizar, Gatti fue tajante: “Cerrar organismos sin consultar, sin diálogo, es gobernar con una mirada centralista. No se está respetando el federalismo ni se escucha a las provincias. Eso nos deja completamente solos ante el abandono”.

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Echarren: “La Ruta Nacional 151 es la que mayor deterioro presenta”

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El Ministro de Obras y Servicios Públicos, Alejandro Echarren, se refirió al deterioro que presenta la Ruta Nacional 151, la cual atraviesa Río Negro en sentido norte-sur pasando por Cipolletti, Cinco Saltos, Contralmirante Cordero, Barda del Medio y Catriel, entre otras localidades, contando con una extensión de 150 kilómetros. La ruta es transitada a diario por gran cantidad de personas que se movilizan entre ciudades para ir a trabajar y estudiar, siendo además una traza clave por donde circula la producción hidrocarburífera de Vaca Muerta.

En este sentido, la inacción del Estado Nacional en su mantenimiento pone en riesgo la vida de miles de rionegrinas y rionegrinos que la utilizan, obstaculizando el acceso a la salud y la educación, y perjudicando la economía regional.

Al respecto el Ministro de Obras y Servicios Públicos, Alejandro Echarren aseguró que “actualmente hay un mínimo o nulo mantenimiento de las rutas nacionales, con un estado de deterioro avanzado que se acrecienta cada día, sobre todo en la zona norte de Río Negro en el límite con Neuquén: en Ruta Nacional 151, por donde circula toda la producción hidrocarburífera, esta ruta es la que peor estado tiene con problemas de un desgaste, pavimento que ha cumplido su vida útil, y en donde el Estado Nacional no hace control de cargas sobre el tránsito pesado”.

“Todo esto aumenta el estado de deterioro con ahuellamientos de hasta 24 cm de profundidad” afirmó Echarren y agregó que: “Pensemos lo que hace un ahuellamiento de 24 cm para un vehículo chico que transita esa ruta; la hace extremadamente peligrosa”, ejemplificó.

Por esta razón la Provincia de Río Negro impulsó días atrás un amparo judicial colectivo, junto a intendentes e instituciones, que busca que Nación asuma su responsabilidad y repare este corredor vital para miles de rionegrinos.

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